Lavar, enjabonar y enjuagar. Parece sencillo, pero lavar tu cara tiene su ciencia. Conoce esos hábitos que pueden estar perjudicando tu piel.
1. Elegir el limpiador equivocado

2. No retirar primero tu maquillaje
Aunque todos los productos limpiadores del mercado eliminarán buena parte de tu maquillaje, retirarlo (ya sea con toallitas o un producto removedor) te ayudará a lograr una mejor limpieza, y por consiguiente, eliminar las impurezas para lograr una piel más sana.
3. No lavarte las manos antes
Durante el día nuestras manos entran en contacto con miles de bacterias que pueden llegar a tu rostro. Por eso, elimina cualquier tipo de suciedad en tus manos antes de que entren en contacto con tu cara.
4. Frotar la toalla en tu rostro al secarte
La fricción de la toalla en tu piel puede irritarla y enrojecerla. Mejor seca tu rostro con pequeños golpes de una toalla limpia.
5. Exfoliar en exceso
Es común pensar que entre más exfoliemos, más limpia estará nuestra piel. Sin embargo, remover en exceso las células muertas puede irritar el cutis. Aplica productos exfoliantes solo una vez a la semana máximo.
6. Usar agua muy caliente
El agua con temperatura muy alta puede causar que los vasos sanguineos de tu rostro se dilaten y luzcas roja e hinchada. Si tu piel es seca, puede resecarla aún más. Inclínate por agua tibia o fria.
7. Reemplazar la limpieza con toallitas húmedas
Las toallas limpiadoras son una buena opción para remover el maquillaje cuando estás en una apuro, pero no garantizan una limpieza profunda de la piel. Asegúrate de que sean la excepción y no la regla.
8. Lavarte en exceso
Limpiar tu rostro es fundamental, pero no te excedas, pues puedes irritar y resecar tu piel. Hazlo máximo 2 veces al día y adicionalmente solo si sudas más de lo planeado.
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